Rentabilidad de la energía fotovoltaica en las bodegas

11 Sep, 2019 | Sala de Prensa

España es el país con mayor superficie de viñedos del mundo, con un total de 975.000 hectáreas dedicadas a este cultivo, genera más de 39 millones de hl de vino al año y se sitúa como el tercer productor mundial de esta bebida. Pero para llegar al resultado final de este vino ya envasado y etiquetado, el producto inicial, la uva, ha tenido que pasar por un amplio proceso de producción en diferentes fases, en las cuales el consumo energético ha sido bastante elevado.

El consumo energético en las bodegas

El consumo energético anual de una bodega mediana en España es de casi 350.000 kWh, una cifra que puede duplicarse en el caso de las bodegas de mayor tamaño, tal como señalan los datos del ‘Proyecto CO2PO: ahorrando energía en la producción de alimentos cooperativos’. Este estudio, coordinado por organización Cooperativas Agroalimentarias y financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, cifra el consumo total de energía en la producción de vino en España en 400 millones de kWh, y un gasto medio por empresa vitivinícola de entre 20.000 y 80.000 euros anuales en función de su tamaño.

Por tanto, una adecuada gestión energética, con la consecuente reducción del gasto y el consumo, es un importante factor de competitividad en este sector, además de la medida más eficaz para alcanzar los objetivos de sostenibilidad de la Unión Europea en cuanto a la reducción de la emisión de CO2.

El autoconsumo fotovoltaico, una solución efectiva

El uso de energías renovables, y en concreto de la energía solar fotovoltaica, es hoy en día una de las alternativas más eficaces para reducir costes y emisiones de C02 en el sector bodeguero. La falta de homogeneidad y la temporalidad en el consumo de energía en este sector es una de las principales razones por las que el uso de este tipo de energía es tan favorable para las bodegas, en las que el mayor consumo energético se produce normalmente durante la temporada de producción del vino (agosto a noviembre), disminuyendo considerablemente durante el resto del año.

Tal como apunta un reciente estudio de la Universidad de Granada, este desigual nivel de consumo de energía a lo largo del año en las bodegas «eleva los costes, porque les obliga a contratar la potencia necesaria para abastecerse durante los meses de mayor consumo». Con el uso de energía fotovoltaica para el autoconsumo, las bodegas no solo ahorrarían en términos de disminución del consumo de energía eléctrica, también en los costes fijos, al poder reducir la potencia contratada.

Las conclusiones de esta investigación, basada en una auditoría de ocho bodegas españolas, apuntan a un ahorro energético con el uso de fotovoltaica entre el 37,2% y el 9% (según el tamaño de la bodega) y una reducción de las emisiones de CO2 entre el 23,4% y el 31,8%.

Beneficios a medio y largo plazo

Aunque el uso de instalaciones fotovoltaicas en el sector bodeguero aún no está tan extendido en España como en otros países europeos o en Estados Unidos, cada vez son más las empresas que apuestan por esta energía renovable, más aún ahora que el nuevo marco legal de nuestro país simplifica los trámites y permite autoconsumir energía eléctrica sin peajes ni cargos adicionales. Asimismo, los precios de los paneles solares se han reducido en más de un 80% en la última década, lo que reduce significativamente el coste de estas instalaciones.

Una de las principales trabas a la utilización de este recurso suele ser los costes de la inversión inicial. Sin embargo, aunque las bodegas pueden empezar a consumir la energía fotovoltaica desde el momento de su instalación y la reducción del gasto es inmediato, la amortización hay que valorarla a medio y largo plazo. Teniendo en cuenta que la vida útil de las instalaciones fotovoltaicas es superior a dos décadas, los especialistas estiman que el tiempo de amortización es de cuatro a seis años.

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